Al ser adultos, necesitamos más protección a la hora de patinar: tenemos responsabilidades con nuestro trabajo y nuestra familia.
Para asegurar nuestra integridad mientras patinamos el protector de cóccix es una buena opción. Lo recomendamos (no es obligatorio) para los patinadores que se encuentran en sobrepeso y los que superamos la edad de los 30 años. Pasamos gran parte de nuestro trabajo sentados, y si por una caída hacia atrás (una de las más comunes aprendiendo a patinar) nos lesionamos el cóccix, nuestra productividad se verá afectada y no podremos rendir como habitualmente lo hacemos.
La misión es que el patinaje nos revitalice y nos acerque al logro de nuestros sueños, así que aseguremos una sonrisa después de cada caída.
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